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La Belleza en tiempos de pandemia

La llegada de la pandemia ha cambiado nuestra forma de vivir y pensar.

Como consecuencia, el panorama del mercado de la belleza y la estética ha sufrido una gran transformación.

Podríamos pensar que después de un confinamiento el crecimiento económico en el sector de la belleza sería lento y costoso, sin embargo, en las primeras semanas después del desconfinamiento en China, la compra de productos de belleza y estética se dispararon. Las personas necesitaban retomar rutinas de autocuidado y mejorar la apariencia personal después de un encierro de semanas.

¿Cómo se ha vivido la situación en España? Aquí el sector de la belleza y la estética presenta un panorama igual de esperanzador, a la vez que complejo y lleno de oportunidades.

La Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) presentó el pasado mes de junio 2020 el informe «La desescalada del consumidor Beauty» junto a Kantar, en el que analiza los hábitos de consumo desde el inicio de la pandemia.

En este estudio realizado sobre los hábitos de unos 20.000 consumidores se empieza a vislumbrar un nuevo tipo de cliente que busca un consumo sostenible, más consciente de todo el proceso de compra y orientado a fomentar la solidaridad

El consumidor ha adoptado nuevos hábitos de cuidado tras el confinamiento. La nueva realidad de distanciamiento social requiere lavarse continuamente las manos, usar geles hidroalcohólicos y mascarillas que exigen un cuidado de la piel específico. Lo que ha ocasionado una nueva rutina de belleza donde el cuidado de la cara y las manos se ha impuesto como una prioridad.

El uso diario de mascarillas provoca enrojecimiento y sequedad en la piel. Se empieza a observar un incremento de irritaciones y distintas patologías como acné, picores y reacciones alérgicas que unida a la humedad que se genera al respirar dentro de la mascarilla, provoca una mayor deshidratación.

Los profesionales de la belleza están incorporando protocolos en los centros de estética centrados en la limpieza e hidratación de cara y manos para contrarrestar los efectos de la mascarilla y los geles.

Es por ello que la cosmética indicada para pieles sensibles es la que más se demanda y recomienda en estos momentos. A esto se le suma el maquillaje no oclusivo y el protector solar como aliados para mantener el cuidado y buen aspecto de la piel.

Los datos del informe también muestran un contundente cambio en los hábitos de compra del consumidor. Tras el inicio de la pandemia se ha duplicado la compra online. Esta tendencia sigue en alza y divide al sector entre aquellos centros preparados para captar a su cliente de forma digital y aquellos centros que no cuentan con presencia online y están perdiendo clientes potenciales.

El mayor reto al que se presenta el mercado de la estética y belleza es captar la atención de este nuevo consumidor post pandemia. Un cliente expuesto a numerosos impactos online de forma continua que le ofrecen una experiencia de compra o reserva rápida y fácil con un simple click desde el sofá de su casa.

La digitalización nos ha impregnado por obligación, y los datos muestran un incremento notable en el uso diario de canales digitales (26%) y redes sociales (70%). Lo que obliga a los centros a tener presencia online para captar la atención de sus clientes.

Es un momento de transformación digital que puede convertirse en una gran oportunidad de cambio. Recordemos que, como profesionales de la belleza y estética, en momentos de crisis cuidarse y verse bien adquiere un sentido mucho más profundo al incidir en aspectos psicológicos de la persona para sentirse mejor y elevar su autoestima. Las palabras de Val Díez, directora general de Stanpa, exponen a continuación el reto complejo y apasionante al que nos enfrentamos.

«Asistimos a cifras esperanzadoras, que indican una recuperación progresiva del consumo de productos de belleza, un sector en el que España posee liderazgo internacional, está en el Top 10 exportador mundial de productos de belleza y 2º de perfumes. En estas circunstancias, el sector se enfrenta al reto de estimular el consumo y recuperar emociones. Es el momento de asegurarnos de promover actitudes positivas, mantener alta la autoestima y retomar rutinas saludables de autocuidado, pues el cuidado personal es un elemento imprescindible para la normalización social» Val Diez

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